La aversión patógena, sexual y moral hacia "Juego de tronos"
Oct 12, 2022 | por Luis Javier Plata
La primera temporada de La casa del incesto dragón ha comenzado y ha traído con ella de vuelta a la televisión su buena dosis de escenas repulsivas con que nos familiarizó Juego de tronos, su saga madre. Para los psicólogos evolucionistas, que indagan las ventajas que cierto comportamiento humano tuvo en los orígenes de nuestra especie en la supervivencia de ésta, el programa trajo consigo la oportunidad de estudiar los diferentes tipos y niveles de aversión que seguidores de ella experimentamos ante escenas en las que la tortura, la mutilación, el incesto, la violación y los desechos humanos estuvieron en primer plano.
El sentimiento de aversión –que, fisiológicamente, nos provoca náusea y, psicológicamente, repugnancia– es universal en humanos (y en otras especies también) y, aunque desde una perspectiva evolutiva, surgió como una adaptación gracias a la cual evitamos comer caca (si a alguien le asqueó leer esto, era predecible según esta teoría) y otras sustancias cuyo olor y aspecto repulsivo evita que las ingiramos y que es probable que sean igualmente dañinas. Gracias a la selección natural esta aversión patógena, que reduce los costos que una persona tendría que pagar por exponerse a agentes infecciosos (donde “costo”, en el peor de los casos, puede sustituirse por “muerte”), evolucionó y dio lugar a una aversión sexual y a una aversión moral, que a su vez reducen los costos ligados a comportamientos sexuales de riesgo y aquellos debidos a transgresiones morales.
¿Ejemplos? Por supuesto que en Juego de tronos y en La casa del dragón sobran. Un estudio reciente identificó en diferentes escenas –varias de ellas ahora clásicas y fuente inagotable de discusiones y memes– de las primeras 7 temporadas de la primera serie cada uno de los tipos de aversión citados. Los investigadores cuantificaron el nivel de aversión para determinar las escenas más repugnantes. Y el Oscar (de haberlo) fue para:
* En aversión patógena: Un hombre (Sam Tarly) cura a la enfermedad infecciosa de otro (Jorah Mormont) removiendo su piel infectada de pus;
* en aversión sexual, cuando “dos hermanos gemelos de sexo opuesto (Cersei y Jamie Lannister) se involucran en una relación sexual entre ellos”, y
* en aversión moral, cuando “la cabeza de un noble (Ned Stark) es exhibida en una pica y el rey (Joffrey) fuerza a la hija del noble a que la mire en contra de su voluntad”.
Los científicos determinaron que las mujeres, cuya inversión y costos biológicos ante la posibilidad de embarazarse son mayores que los de los hombres, fueron más sensibles a la aversión que éstos.
El nivel de aversión experimentado por quienes ya habían visto al menos un episodio de Juego de tronos, que ya estaban al tanto de a qué se enfrentaban, era menor que el exhibido por quienes vieron por primera vez estas escenas. Esto significa que en los fans de la saga se produce una desensibilización ante la exposición recurrente a tan revulsivas situaciones. Y esto no significa que los millones de fans de la saga deseen imitar el comportamiento de los personajes, sino que, de acuerdo con los autores del estudio, ante lo que constituye transgresiones y tabús en nuestra sociedad, somos atraídos por la curiosidad que despiertan las reacciones de los personajes dentro del mundo imaginado por George R.R. Martin.
Referencias
Puthillam, A. y Karandikar, S. 2020, Psychological Reports, 124(6): 1-19.